Bueno, ya tenia bastante tiempo sin realizar ningún escrito, seguramente pasa lo que nos pasa a todos, las semanas, meses y años que pasan sin apenas sentirlos; hasta que "El Tiempo" así con mayúsculas y antropomorfo, realizan una "huelga de tiempo" en la que nos inmiscuye y con esto, se venga por las semanas, meses y años de olvido. Covid-19
miércoles, 18 de noviembre de 2009
En el camión
EN EL CAMION
Recuerdo aquel viaje, el último que realice por esa y por muchas otras rutas más, en esos momentos en especial de mi vida, y de hecho creo que toda la vida fue así con mil proyectos que realizar y por más que estos realizaban, no recuerdo haber estado nunca conforme, me encontraba cursando la universidad en una escuela bastante "patito" de la ciudad de monterrey, pero bueno, para mi era la mejor opción que podía pagar, y ya que no era originario de ese estado, no estuve presente en el año escolar como para ver las convocatorias de las escuelas públicas, de hecho era una escuela que si bien no era cara, a mi me costaba mucho trabajo mes con mes cumplir las cuotas, ya que para hacerlo en la mañana salía bien temprano hacia la escuela, por ahí del medio día me busque un trabajo que medio desempeñaba bien, porque siempre amanecía cansado y así me la pasaba el resto del día, era un estado de permanente somnolencia, que me acompañaba como lo hace un perro fiel por el resto del día, fuerón días en automático, no recuerdo las noches, no recuerdo las tardes, solamente lo que tengo bien presente es el cansancio.
Mi trabajo era de vendedor ambulante de casa en casa, un día me encontré con un ex colega que habíamos trabajado en un bar juntos, y pues nos pusimos a trabajar, ya que el tenia un "carrito" con mercancía de esas que les encanta a las amasde casa, y que de momento lo ven como la cosa más necesaria del mundo, pero ya que están pagando las mensualidades se les hacen la cosa más inútil del planeta, pues bueno, yo me ocupaba de ese trabajo como de 2 a 4 de la tarde, con tiempo apenas disponible para irme a comer "algo" y de ahí hubo un tiempo en el que tenia otro trabajo mas o menos formal en la tarde cuidando una tienda de abarrotes, y/o otro trabajo de mesero en un bar; que me permitía llevarme unos cuantos pesos, esto antes de entrar a estudiar por la tarde en la escuela, porque tenia la ilusión de ser algo relacionado con la música, pues bueno después de todo este ajetreo con el que pasaban los días, iba llegando a casa como a eso de las 12 de la noche...
yo tomaba con frecuencia el primer autobus que salia de la ruta 35 ó 21 que eran los que pasaban como a 1 km de nuestra casa, tenia que salir como a esos de las 6 de la mañana porque el trayecto era largo desde mi casa hasta el centro de la ciudad, mas o menos era como de una hora u hora y media, misma que aprovechaba para dormirme un ratito ya que por más que quería, no completaba las horas de sueño, estas siempre me faltaban por lo que hacia ya el recorrido de memoria, y me dormía como 2 minutos después de que subía al camión, para despertarme justo a tiempo para pasar por la escuela, no podía pasarme, porque la mayoría del tiempo no tenia mas que lo justo parta mi transporte, entonces desarrolle una buena habilidad par despertarme en punto, y ya por la noche después de estudiar, vender casa por casa, y cargar cajas de cerveza o refresco entre otras actividades, hacia el camino de regreso casi siempre dormido la mayor parte del camino, y esa como todas las noches me desperté justo a tiempo para bajarme del camión, me desperece o por lo menos eso creí, y me acerque a la puerta del camión, estos de hecho hasta la fecha siguen siendo camiones desvencijados tipo "guajolotero" que llevan a la gente en sus recorridos diarios por toda la ciudad, en especial este recuerdo que tenia una cuerda usada como timbre, la cual se extendía a lo largo de todo el camión por ambos lados arriba de los asientos, pero como a esas horas no había casi nada de gente, recorrí toda la fila de asientos hasta atrás ya que yo viajaba en la parte de adelante del camión --o por lo menos eso recordaba-- me sostuve bien de los tubos de plástico que sobresalían de los asientos puestos para que se detuviera la gente y pase hasta la puerta posterior, en un alto, me baje rápidamente del autobús, ya en la banqueta voltee a ver las ventanas del camión del que me acababa de bajar y lo vi. completa mente vació, a excepción de un muchacho que venia profunda mente dormido en los últimos asientos que no había visto antes, cual seria mi sorpresa cuando me percate de de que llevaba puesto el mismo suéter que yo traía, el pelo lo tenia largo y le caía sobre la cara y venia recargado en el asiento de adelante para poder ir profunda mente dormido tal como yo lo había hecho tantas veces, de hecho, de no haber estado parado en la banqueta, hubiera jurado que era yo...el camión se arranco bruscamente con la luz verde del semáforo, lo vi. como agarraba velocidad por la empinada ruta en descenso que era la continuación de la calle, y al atravesar la siguiente avenida en la que el tenia la luz verde, choco estrepitosamente con un trailer que no respeto el alto, lo impacto del lado derecho con tal fuerza, que lo arrastro más de 10 metros para ir a partirlo contra un poste de luz que estaba del lado izquierdo del camino, miles de pedazos de vidrio salieron disparados en todas direcciones caían como lluvia de diamantes por toda la calle, a mi alrededor, extrañamente no me tocaban, ni siquiera me rozaban, enseguida silencio, tres eternos segundos de silencio antes de que el tanque de combustible de uno, o de ambos camiones estallara haciendo que toda esa masa de hierros retorcidos desapareciera por un instante en un pequeño sol nocturno para dejar todo aquello aun más unido, pareciera que se entrelazaban en un eterno abrazo entre dos maquinas con la más firme intención de que ni el más férreo carácter humano las separara jamás...miro mis manos, !que raro¡ puedo ver a través de ellas, por una extraña razón esto no se me hace singular, una serena paz se apodera de mis sentidos, todo esta bien, veo como todo al rededor mió se empieza a convertir en algo muy brillante, las hojas de los árboles se ven verdísimas, la banqueta ya no es esa maza negra endurecida por el sol, tenia una textura suave y fresca que se acomodaba perfecta y suavemente a mis pies, ahora descalzos, todo empezó a ser más brillante pero de forma suave, agradable, empecé a caminar y mi sentí como todo mi ser se iba integrando y diluyendo poco a poco con la eternidad, por primera vez me sentí parte de un todo, por primera y última vez, fui feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario