lunes, 23 de noviembre de 2009

¿Somos mascotas o que?

¿En que momento la balanza del machismo se inclino peligrosamente al feminismo? Los extremos no son buenos, siempre hay controladores y controlados, controladoras y controladas, para algunos momentos de nuestro desarrollo, es bonito dejarse llevar y permitir que tu pareja tome el control de tu vida, tus decisiones, tus sueños, tu comida, tu ropa, tu auto, tu casa... y así nos podemos seguir, hasta nuestros más intimos pensamientos. Requiere de mucho tiempo y reflexión dejar de ser mascotas ávidas de la aprobación de nuestro ser amado, para convertirnos en seres de ideas independientes, con intereses y amores comunes.

Todo esto porque, el fin de semana pasado escuche a una compañera de grupo decir algo que me hizo sentir "mascotizado" algo como "aquí los machos se castran..." GUAU? me hizo sentir por lo menos incomodo, pero no realice la reflexión si no hasta un par de horas después, y es que bueno, esta frase debería de estar en el mismo estante junto con "aquí mando yo", "las mujeres cargadas y en el rincón", "sirve le a tu hermano", "para que quieres estudiar", "mujer tenía que ser", "todas las mujeres son iguales", "¿quien entiende a las mujeres?", "ella es mi Catedral, las demás son mis capillitas", "todos los hombres son iguales", "los hombres no pueden hacer mas de dos cosas a la vez", "los hombre no lloran", "si no estoy yo, los niños no comen" y pues bueno de esta forma podríamos seguir hasta el infinito, ya que para criticarnos, compararnos y poner una barrera entre los sexos, tenemos una creatividad suprema que, a mi forma de ver, simplifica pero limita enormemente, nuestras relaciones, nuestras vidas y nuestros roles; si el hombre estuviera solo, seguramente seria más eficiente en muchas cosas, pero pagaría muy cara esa eficiencia; así mismo, si la mujer estuviera sola, seguramente podría hacer muchas cosas a la vez y de manera eficiente, pero (corrijan me si me equivoco) la vida no seria igual de divertida.

Somos y debemos ser seres tan independientes como para poder funcionar perfectamente en solitario, pero tan dependientes como para elegir por no hacerlo por nada del mundo. Es tan bonito poder pedirle a tu pareja que haga tus obligaciones, no porque seas un conchudo, si no porque puede hacerlo, y de vez en cuando, hacerte sentir una mascota por elección.

viernes, 20 de noviembre de 2009

¿Estoy mal? ¿estamos mal?. que alguien me explique.

Los hombres

¿Los hombres somos sencillos? Jajaja , nada más fuera de la verdad, a menos esto pensado entre hombre (digo pensado porque la libre-expresión sentimental no es uno de nuestros atributos más brillantes) porque para las mujeres realmente somos bastante más básicos de lo que son ellas, tenemos tantas complicaciones, con frecuencia somos lo que no queremos ser, obligados por una realidad económica diferente a la de nuestros sueños y a nuestros anhelos, mismos que si se cumplieran al pie de la letra, seguramente nos llevarían hacia un lugar en donde no quisiéramos estar y por lo tanto nos regresaría al principio.

Tenemos que ser(esto para cumplir con las expectativas generadas en el sexo opuesto y para nosotros mismos): justos, proveedores, tiernos, bailadores, célibes, madreadores y agresivos, buenos negociantes, buenos para el sexo, es más casi casi maestros tantricos; a la vez guapos, seguros de nosotros mismos, buenos padres, buenos hijos, y ni hablar buenos esposos y sobre todo ciegos, c o m p l e t a m e n t e c i e g o s y a demás, sufrir de amnesia, esto porque no podemos ver ni con los ojos del pensamiento, los atributos físicos de ninguna otra mujer presente, pasada, futura o imaginaria que no sea con la que estamos casados, ahhh y no tenemos que ver NUNCA DE LOS NUNCAS los defectos de nuestra querida esposa que se han ido lógicamente acumulando con los años.

Hasta aquí todo estaría bien si no fuera porque los hombres no somos así por más que luchemos toda la vida para serlo, y segun yo no podremos serlo. Porque la mayoría de las cualidades mencionadas con anterioridad son simplemente antagónicas, no podriamos ser por ejemplo: tiernos y rudos, a menos que tuvieramos una bipolaridad a la carta.

Nos encontramos en una constante lucha entre nuestro ángel de la guarda y nuestro demonio, en la mayoría de las veces, el primero sale bien librado, ya que, a pesar que luchamos contra toda la fuerza de la evolución, estamos enfocados en llevar con bastante decoro, repito la mayoría de las veces, nuestros intereses enlazados con los intereses femeninos, llamase hogar, familia, trabajo, superación o cualquier interés de los llamados “legítimos” que a fin de cuentas son los que soportan nuestra felicidad y nuestro modo de vida.

Pero muy en el fondo están presentes casi a cada instante deseos bastante mas terrestres que se van filtrando y se deposita en los sustratos mas profundos de nuestra psique, hasta que se forma un carámbano bastante visible además de incomodo que no nos permite estar en ninguna posición sin verlo y sentirlo, mismo que, poco a poco, ataja nuestros sentidos, después la mente, y finalmente acaba por romper nuestra voluntad, para entrar en nuestra realidad, formándonos toda clase de problemas con las personas que se encuentran alrededor, mismas que, apoyadas en su desarrollo, no pueden entender la fuerza de nuestros demonios internos, demonios masculinos contra los que no han tenido que librar batalla alguna, demonios sin tregua ni piedad, resistentes y tenaces hasta lo absurdo, quien o que se divierte de tan malsana haciéndonos tan proclibes hacia ciertas cosas, ¿no hubiera sido más fácil simplemente hacernos ultradependientes de una sola mujer?.

dime por favor que opinas.

p.d. tqm monse ¡yo si soy ultradependientemente fiel!

miércoles, 18 de noviembre de 2009

En el camión

EN EL CAMION

Recuerdo aquel viaje, el último que realice por esa y por muchas otras rutas más, en esos momentos en especial de mi vida, y de hecho creo que toda la vida fue así con mil proyectos que realizar y por más que estos realizaban, no recuerdo haber estado nunca conforme, me encontraba cursando la universidad en una escuela bastante "patito" de la ciudad de monterrey, pero bueno, para mi era la mejor opción que podía pagar, y ya que no era originario de ese estado, no estuve presente en el año escolar como para ver las convocatorias de las escuelas públicas, de hecho era una escuela que si bien no era cara, a mi me costaba mucho trabajo mes con mes cumplir las cuotas, ya que para hacerlo en la mañana salía bien temprano hacia la escuela, por ahí del medio día me busque un trabajo que medio desempeñaba bien, porque siempre amanecía cansado y así me la pasaba el resto del día, era un estado de permanente somnolencia, que me acompañaba como lo hace un perro fiel por el resto del día, fuerón días en automático, no recuerdo las noches, no recuerdo las tardes, solamente lo que tengo bien presente es el cansancio.

Mi trabajo era de vendedor ambulante de casa en casa, un día me encontré con un ex colega que habíamos trabajado en un bar juntos, y pues nos pusimos a trabajar, ya que el tenia un "carrito" con mercancía de esas que les encanta a las amas de casa, y que de momento lo ven como la cosa más necesaria del mundo, pero ya que están pagando las mensualidades se les hacen la cosa más inútil del planeta, pues bueno, yo me ocupaba de ese trabajo como de 2 a 4 de la tarde, con tiempo apenas disponible para irme a comer "algo" y de ahí hubo un tiempo en el que tenia otro trabajo mas o menos formal en la tarde cuidando una tienda de abarrotes, y/o otro trabajo de mesero en un bar; que me permitía llevarme unos cuantos pesos, esto antes de entrar a estudiar por la tarde en la escuela, porque tenia la ilusión de ser algo relacionado con la música, pues bueno después de todo este ajetreo con el que pasaban los días, iba llegando a casa como a eso de las 12 de la noche...

yo tomaba con frecuencia el primer autobus que salia de la ruta 35 ó 21 que eran los que pasaban como a 1 km de nuestra casa, tenia que salir como a esos de las 6 de la mañana porque el trayecto era largo desde mi casa hasta el centro de la ciudad, mas o menos era como de una hora u hora y media, misma que aprovechaba para dormirme un ratito ya que por más que quería, no completaba las horas de sueño, estas siempre me faltaban por lo que hacia ya el recorrido de memoria, y me dormía como 2 minutos después de que subía al camión, para despertarme justo a tiempo para pasar por la escuela, no podía pasarme, porque la mayoría del tiempo no tenia mas que lo justo parta mi transporte, entonces desarrolle una buena habilidad par despertarme en punto, y ya por la noche después de estudiar, vender casa por casa, y cargar cajas de cerveza o refresco entre otras actividades, hacia el camino de regreso casi siempre dormido la mayor parte del camino, y esa como todas las noches me desperté justo a tiempo para bajarme del camión, me desperece o por lo menos eso creí, y me acerque a la puerta del camión, estos de hecho hasta la fecha siguen siendo camiones desvencijados tipo "guajolotero" que llevan a la gente en sus recorridos diarios por toda la ciudad, en especial este recuerdo que tenia una cuerda usada como timbre, la cual se extendía a lo largo de todo el camión por ambos lados arriba de los asientos, pero como a esas horas no había casi nada de gente, recorrí toda la fila de asientos hasta atrás ya que yo viajaba en la parte de adelante del camión --o por lo menos eso recordaba-- me sostuve bien de los tubos de plástico que sobresalían de los asientos puestos para que se detuviera la gente y pase hasta la puerta posterior, en un alto, me baje rápidamente del autobús, ya en la banqueta voltee a ver las ventanas del camión del que me acababa de bajar y lo vi. completa mente vació, a excepción de un muchacho que venia profunda mente dormido en los últimos asientos que no había visto antes, cual seria mi sorpresa cuando me percate de de que llevaba puesto el mismo suéter que yo traía, el pelo lo tenia largo y le caía sobre la cara y venia recargado en el asiento de adelante para poder ir profunda mente dormido tal como yo lo había hecho tantas veces, de hecho, de no haber estado parado en la banqueta, hubiera jurado que era yo... el camión se arranco bruscamente con la luz verde del semáforo, lo vi. como agarraba velocidad por la empinada ruta en descenso que era la continuación de la calle, y al atravesar la siguiente avenida en la que el tenia la luz verde, choco estrepitosamente con un trailer que no respeto el alto, lo impacto del lado derecho con tal fuerza, que lo arrastro más de 10 metros para ir a partirlo contra un poste de luz que estaba del lado izquierdo del camino, miles de pedazos de vidrio salieron disparados en todas direcciones caían como lluvia de diamantes por toda la calle, a mi alrededor, extrañamente no me tocaban, ni siquiera me rozaban, enseguida silencio, tres eternos segundos de silencio antes de que el tanque de combustible de uno, o de ambos camiones estallara haciendo que toda esa masa de hierros retorcidos desapareciera por un instante en un pequeño sol nocturno para dejar todo aquello aun más unido, pareciera que se entrelazaban en un eterno abrazo entre dos maquinas con la más firme intención de que ni el más férreo carácter humano las separara jamás... miro mis manos, !que raro¡ puedo ver a través de ellas, por una extraña razón esto no se me hace singular, una serena paz se apodera de mis sentidos, todo esta bien, veo como todo al rededor mió se empieza a convertir en algo muy brillante, las hojas de los árboles se ven verdísimas, la banqueta ya no es esa maza negra endurecida por el sol, tenia una textura suave y fresca que se acomodaba perfecta y suavemente a mis pies, ahora descalzos, todo empezó a ser más brillante pero de forma suave, agradable, empecé a caminar y mi sentí como todo mi ser se iba integrando y diluyendo poco a poco con la eternidad, por primera vez me sentí parte de un todo, por primera y última vez, fui feliz.